miércoles, 20 de abril de 2016

La arquitectura absorbida en la isla de Santa Catarina, Brasil*


Este texto plantea el estudio de un proceso de aculturación de los aborígenes de la isla de Santa Catarina por encima de los colonos lusos a su llegada, venidos del archipiélago de las islas Azores, proceso que Darcy Ribeiro (1999) hace manifiesto en su libro O Povo Brasileiro. 

El equipo del presente trabajó consideró que el tema daba para la realización de una investigación más amplia y dirigida exclusivamente a la cuestión de la habitación de los colonos. A partir de la investigación a profundidad sobre los rasgos característicos del fenómeno se concluyó que, luego de superar una desconfianza inicial, el tema no solamente tenía basamento científico, sino que sus huellas se encontraban presentes en varios puntos del territorio estudiado.

La singularidad espacial de la 'llha de Santa Catarina'.
Un importante periódico de la ciudad de Florianópolis, ubicada en la isla de Santa Catarina al sur de Brasil, notifica el descubrimiento, a través del análisis de un pedazo de carbón, de la presencia humana en la isla desde hace 5.020 años. Tal descubrimiento, por parte del arqueólogo Marco Aurélio Nadal de Masi, tiene el aval de la Universidad Norte-Americana de Stanford. "Es el registro humano más antiguo ya verificado en 450 km del litoral del Estado de Santa Catarina" (Scarduelli, 1999). 

Esta noticia puede, en principio, no tener ninguna relación con el presente trabajo. Pero, al equipo de investigación le intrigaba una pregunta en especial: ¿Cuál es la singularidad de este territorio, que hizo que desde los primeros hombres, este haya sido escogido como hogar? Para el equipo investigador la respuesta se encuentra en la conjunción de dos factores:
  1. Su situación física y geográfica que proporciona seguridad, además de su posición estratégica con relación a la costa.
  2. La abundancia de suplementos de agua y víveres.
La situación estratégica de esta isla es recordada por el 'paulista',1 Francisco Dias Velho, que recalcó en ella cuando llegó con la misión de ocupar el litoral sur de Brasil (Pauli, 1978, p.2).
La principal prioridad de los gobernantes portugueses, como la de los gobernantes de todo país pequeño, siempre fue preservar su independencia delante de vecinos más fuertes.
Desde la Batalla de Aljubarrota hasta la invasión Junot, pasando por la Unión lbérica, las sombras de las ambiciones castellanas y francesas siempre amenazaron su territorio original. Puede que la expansión ultramarina fuese vista como una posible solución o respuesta a estas amenazas, marcadas por sucesivos momentos de escalada y de disputa por el dominio en los continentes africano, asiático y americano. Portugal, después de deshecha la Unión lbérica y de conseguir su restauración territorial al desligarse de la corona Española en 1640, pasa a interesarse en la región del Río de la Plata, que era entonces el acceso más fácil a las riquezas de la 'Plata Peruana'2. En esta ocupación, los conflictos con España son inevitables. Otro factor que conlleva a la ocupación del sur es el interés de los 'paulistas' por la ganadería 'gaúcha'3, abundante en las planicies platinas.
Estos dos objetivos de la Metrópoli Portuguesa y de los 'paulistas' se complementan, y a mediados del siglo XVll, además de 'Nossa Senhora do Desterro'4, la actual Florianópolis, se fundan también los núcleos de 'Nossa Senhora da Laguna' y 'Sao Francisco do Sul', en la costa de la provincia Santa Catarina" a 100 km al sur y 100 km al norte de "Florianópolis" respectivamente.
"Nossa Senhora do Desterro" y "Laguna" cumplen su papel destacadamente. La primera como base militar y abastecimiento de la tropa explotando su privilegiada posición estratégica, y la segunda como puerto para la exportación ganadera a São Paulo. Esta posición estratégica de la isla, atrae también repetidos ataques de otras naciones y piratas. A finales del siglo XVll el núcleo de la isla es completamente destruido e incendiado por piratas holandeses. Este núcleo insular permanece abandonado por algunos años, pero recobra su importancia y es reconstruido en 1714. En esta reconstrucción destaca el sistema de defensa triangular ideado por el ingeniero militar y primer gobernador de la Capitanía de Santa Catarina, Brigadeiro José da Silva Paes. Tal sistema estaba compuesto por las fortalezas de São José da Ponta Grossa y Sao Caetano, al norte de la isla, entre las playas de Forte y Jurere a 25 km del enclave. La fortaleza de Santa Cruz de Anhatomirim y Santo Antonio de Ratones, ambas ubicadas en pequeñas islas al norte, complementaban el triángulo.5
La entrada por el sur estaba protegida por las fortalezas de Santa Cruz de Araçatuba, Santo Antonio de Naufragados. El núcleo, al oeste, estaba protegido también por otro sistema de dos fortalezas. Santana y Santa Bárbara. Este sistema de defensa fracasó completamente con la invasión española de 1777. Tales hechos provocan el crecimiento de la importancia estratégica de este lugar, y desde el punto de vista económico, provocó su integración con la economía colonial.

Los primeros colonizadores
Los primeros colonizadores, formados por dos: brasileños paulistas y portugueses mantienen un cierto distanciamiento con respecto a poblaciones nativas, en parte, debido a que con la llegada de los brasileños paulistas, los aborígenes se asentaron ya sea al interior de la isla o del continente. Este distanciamiento hace difíciles los intercambios culturales. Los conquistadores permanecían en una posición de mando mientras que los conquistados, o huían o quedaban esclavizados. Es así como tanto las costumbres como los usos de los recursos naturales y sus consecuentes ocupaciones y construcciones casi no se ven influenciados por las culturas nativas en las primeras etapas.

El único indicio de algo de origen local en las primeras construcciones luso/brasileñas en la isla se reduce a las paredes de veda interna de las moradas construidas en tierra con la técnica del 'pau a pique', muy utilizada por los nativos del litoral de Brasil. Las construcciones principales de las colonias seguían los modelos y las técnicas constructivas de la arquitectura y el urbanismo portugués.
A partir de la mitad del siglo XVlll los primeros colonizadores fueron substituidos por colonos venidos de las islas Azores y Madera es entones cuando la técnica del 'pau-a-pique' se convierte en la mayor contribución de la cultura aborigen local para la construcción de las moradas de los nuevos colonos.
Esta técnica, tiene por característica la trama de palos de bambú (u otros), con alrededor de 4 cm de diámetro, dispuestos en forma de rejilla. Después de haberla fijado, la trama se rellena con una masa de arcilla (a las veces con algo de hierba) tirada por dos personas, una a cada lado, simultáneamente.

La asimilación de la cultura aborigen por los azorianos
Los azorianos llegaron a la isla de Santa Catarina como consecuencia del expansionismo europeo de los siglos XlV y XV. La llegada de los europeos ibéricos a tierras de América y el inevitable choque de culturas y sus consecuencias, positivas y negativas para conquistadores y conquistados, es un tema que jamás se agota. Aun cuando cada grupo que arribó a la isla traía una experiencia especifica, de manera general, la postura del ibérico frente a los hábitos y costumbres encontrados siempre ha sido la del conquistador que desprecia lo local. Al desprecio le sigue la imposición de sus costumbres y su cultura por medio de una intensa ocupación en la que los colonos enviados a la nueva tierra son los principales protagonistas del proceso de aculturación de los aborígenes. Pero en el caso de los colonos azorianos y maderenses en la isla de Santa Catarina, el proceso convencional de aculturación fue revertid., tal como lo señala Darcy Ribeiro (1999, p.70-71):
Uma outra configuração histórico-cultural constitui-se no Brasil sulino formada por populações transladadas dos Açores, no século XViii, pelo governo português. O objetivo dessa colonização era impiantar um núcleo de ocupação lusitana permanente para justificar a apropriação da área em face do governo espanhol e também para operar como uma retaguarda fiel das lutas que se travavam nas fronteiras. Esses açorianos vieram com suas famílias para reconstituir no Sul do Brasil o modo de vida das ilhas, atraídos por regalias especialíssimas para a época. Prometiam-lhes a concessão de glebas de terra demarcadas como propriedade de cada casal. Ao instalar-se, deveriam receber mantimentos, espingarda e munição, instrumentos de trabalho, sementes para cultivo, duas vacas e uma égua, bem como sustento alimentar no primeiro ano. Para a gente paupérrima das ilhas, essa dadivosidade parecia assegurar a riqueza. Alguns grupos estabeleceram-se na faixa litorânea, nas terras marginais do rio Guaíba, outros no litoral de Santa Catarina. A colonização açoriana foi um fracasso no plano económico, como seria inevitável.ilhados em pequenos nichos no litoral deserto, despreparados, eles próprios, para o trabalho agrícola em terras desconhecidas, estavam condenados a uma lavoura de subsistência, porque não tinham mercado consumidor para suas colheitas.
Depois de comer o suprimento de manutenção, deviam olhar-se, perguntando o que fazer. Eram chamados a se tornarem granjeiros numa terra em que o branco só admitia o status de senhor para dirigir a escravaria. Entregues, porém, a seu próprio destino, acabaram aprendendo os usos da terra que estavam a seu alcance, através do convívio com os grupos já conformados pelas proto-células brasileiras que se vinham expandindo ao longo do litoral catarinense. fizeram-se matutos, ajustando-se a um modo de vida mais indígena que açoriano, lavrando a terra pelo sistema de coivara, plantando e comendo mandioca, milho, feijões e abóboras. Mesmo no artesanato praticado hoje nos núcleos de seus descendentes, não se pode distinguir peculiaridades açorianas. É essencialmente o mesmo das populações caipiras e assim deve ter sido no passado, para suprir suas necessidades de panos, de tralha doméstica feita de trançados e de cerâmica e de instrumentos de trabalho. Alguns açorianos empreendedores escaparam, porém, à caipirização, seja levando adiante cultivos próprios de cereais, principalmente de trigo, seja fazendo-se comerciantes dedicados a traficar mantimentos com a gente da área pastoril. Nasceu, assim, um movimento mercantil que deu alguma viabilidade aos vilarejos que surgiam e começou a integrálos dentro do sistema económico incipiente da região.Sua contribuição à cultura neobrasi-leira foi nula porque esta se havia saturado dos traços do património português que podia absorver. Sua influência na cultura regional e seu papel social foram, todavia, decisivos no aportuguesamento lingüístico e no abrasileiramento cultural da campanha e, sobretudo, na constituição do núcleo leal ao poderio português e, mais tarde, imperial, que se requeria naquelas fronteiras, por um lado tão remarcadamente castelhanas e, pelo outro, tão independentes em sua lealdade a caudilhos autónomos.
La habitación y la agricultura indígena en la isla a la llegada de los conquistadores
A lo largo de su existencia, la isla de Santa Catarina ha sido ocupada por muchos grupos distintos. Están los Carijós, pertenecientes a la nación Tupí-Guaraní, son el tercer grupo humano que se localiza en esta región. Los Carijós se dividían en la isla en diversas tribus (Riberacô, Tinguá, Tameubre, Trinoga, Aboçapecau) y ocupaban toda la isla, intalándose generalmente en los terrenos arenosos y con dunas de los actuales distritos de Ingleses, Lagoa da Conceição, y Campeche. Además de habilidosos ceramistas, estos amerindios (que denominaron a la isla de Meimbipe6) tenían una agricultura organizada con cultivo de maíz, algodón, cacahuetes, tabaco, pimienta y calabazas.
El primer contacto de europeos con estos nativos, ha sido relatado por el español Alvar Núñez Cabeza de Vaca en 1538, pero hace mención solamente al hecho de la buena receptividad de los nativos, "tanto para enseñarlos caminos como para servirlos en otras necesidades" (Staden, 1930, p.64). Aunque este contacto fue el primero que ha sido documentado, los nativos ya conocían europeos desde 1516, veinte años antes, cuando en la isla hizo escala la expedición española de Juan Días Solís (Pauli, 1997a). Solís apuntó en sus registros una parada para abastecimiento y manutención en una bahía a la que denominó de 'los perdidos' en la latitud 27° al sur, correspondiente a la isla de Santa Catarina. Otro relato de 1549, del alemán Hans Staden, viene a demostrar la índole pacífica de estos nativos. Staden, relata incluso, que encontró a un europeo al frente de una tribu:
La aldea en donde moraban los nativos llamaba Acutia y el hombre que ahí encontramos se llamaba Juan Fernández Vizcaíno de la ciudad de Bilbao. Los nativos eran carijós y nos trajeron mucha carne y pescado y los retribuimos con anzuelos de pesca (Pauli, 1997a).

Sin embargo, la llegada constante de europeos y su consecuente influjo en la cotidianidad, añadida a las informaciones de capturas para la esclavitud que circulaban entre los amerindios, cansa y asusta a los nativos de naturaleza pacífica, y se supone que por este motivo, empiezan a abandonar la isla a partir de 1550 y a retirarse al interior del continente según Pauli (Pauli, 1983). Este hecho queda patente cuando en 1573 el español Zarate llega a la isla desde Buenos Aires en busca de víveres y se encuentra con una isla desierta "sin poder contar con la ayuda de los pacíficos nativos que conociera diez años antes" (Pauli, 1997). En 1635 la expedición de los curas portugueses Inacio Serqueira y Francisco Morais declaran la isla desierta (Pauli, 1997b). Al visitar la isla en 1719, George Shelvocke escribe: "Cuanto a los amerindios de este lugar no puedo decir mucho al respecto, ya que jamás vi más de dos o tres de ellos" (Assembléia Legislativa do Estado de Santa Catarina, 1979). Es este grupo aborigen, los Carijós el que va a mantener contacto con las aproximadamente 6.000 personas procedentes de los archipiélagos de Azores y Madeira en el periodo de 1748 a 1760.

Los relatos de los europeos citados arriba permiten entender el panorama de la ocupación territorial de los colonos azorianos frente a los nativos Carijó así como su manera de habitar la isla. Según Hans Staden esta es la mejor expresión del tema en la isla, con respecto a sus tabas o aldeas. Staden relata que las aldeas abrigaban entre 600 a 700 personas y tenían dos configuraciones de habitación, o ocas -es decir cabañas- rectangulares, colectivas, de 40 a 160 m. de extensión y 10 a 16 m de ancho, o cabañas menores para grupos pequeños. En ambos tipos de cabañas, los tabiques y cobertura eran de 'pau-a pique' y hierba (Staden, 1930, p.67).
En la agricultura cultivaban la mandioca o yuca con la técnica conocida como 'coivara' que consiste en quemar la mata asegurándose así de que el suelo quede más fuerte, y cuando se agotaba la fertilidad del mismo para la yuca, cambiaban la plantación. Sin sospecharlo, estaban realizando un manejo del suelo. Con la raíz de este cultivo hacían la harina base de su alimentación, que al ser deshidratada, permitía su consrvación durante largos periodos. El colonizador azoriano heredó del nativo estas dos costumbres, la coivara y la producción de harina de yuca.

Esta aproximación del colonizador al nativo y su consecuente aculturación permitió que se diera una convivencia pacífica y una total miscegenación o mezcla de razas entre los dos grupos, surgiendo así la figura del 'caboclo ilheu' o el 'mané' como se le llama al integrante de la población del interior en la isla de Santa Catarina. Es así como los azorianos se adaptaron a los frutos de la tierra, a los baños diarios, a la 'rede' de dormir, incorporando también algunos términos con relación a la arquitectura y la construcción, a saber: biboca (casa pequeña), caiçara (casa de paja), capuaba o casa afastada (casa lejana), jirau (estructura para guardar las herramientas), maloca(casa miserable), tijupá (casa de indio soltero), urupema (criba, o entramado para veda), entre muchos otros.

La convivencia descrita arriba es completamente distinta a la que se dio en otros puntos de Brasil en donde los colonizadores lusos se apropiaron de algunos conocimientos indígenas para aprender a vivir en los trópicos, para después embarcarse en un proceso de esclavización de los nativos que, por haberse llevado a cabo de una manera desafortunada, trajo consigo la exterminación de los grupos nativos y su substitución por esclavos africanos.

El influjo de la arquitectura y las técnicas indígenas en las poblaciones subsecuentes
 Como producto de la curiosa e inédita miscegenación de conocimientos entre indígenas y azorianos, así como de su convivencia sana y armoniosa, a la que posteriormente se suma la cultura africana -algo impensable en otras latitudes de Brasil, como ya se había expresado anteriormente-, se da el proceso cultural del interior de la isla, así como de su arquitectura manifestada en la forma de construir, como lo señala Serraglio (2004) en Os engenhos do sertão do Peri na ilha de Santa Catarina. El texto de Serraglio expone varios ejemplos de construcciones existentes al sur de la isla dedicadas a la producción de harina de yuca, algunas de ellas que datan del siglo XIX. Al comparar dichas construcciones con otras halladas al interior de la isla y con las construcciones lusas remanentes (Figura1), y al constatar con la vasta documentación sobre el tema, es posible confirmar lo expuesto en el presente trabajo. Es necesario mencionar también la memoria, que permanece viva en la reducida población campesina aún presente, de los materiales y de la tipología de las construcciones de sus antepasados.



Valiéndose de los muchos dibujos de Staden, (uno de ellos mostrado en la Figura 4), fue posible identificar que la casa indígena más común en el territorio nativo a la llegada de los azorianos era la 'Casa Tapirapé', del grupo Tupi, que aparece mencionada en la investigación conducida por el profesor Anderson Claro (2010) de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC). Esta construcción tiene un plan rectangular con estructura de varas largas de madera local y un tejido de hojas de palmera en la cobertura (Figura 5) y vedas laterales de tierra (Figura 3). Es utilizada para la habitación colectiva. Otra construcción plenamente identificable en Staden es la casa con tejado de dos inclinaciones, el modelo más incorporado en los prototipos constructivos del colonizador (Figura.6). A continuación se exponen también la casa indígena con tejado de cuatro inclinaciones, más común entre los indígenas del sur de la isla, pero presente también en otros parajes de la isla (Figura 7) y su adaptación correspondiente por parte de los colonizadores (Figura 11).


Las construcciones que los colonizadores azorianos diseminan por toda la isla tienen muchas reminiscencias de las construcciones indígenas, como se puede comprobar en la bibliografía disponible. Es importante destacar en el texto de Serraglio (2004) la presencia de estas construcciones en estado casi original, en el sur de la isla en Sertão do Peri, un lugar muy especial "porque ali as terras foram congeladas em 1986, época da implantação do Parque Municipal da Lagoa do Peri" (Serraglio, 2004, p.).
Se presenta a continuación el dibujo de una fábrica de harina de yuca (Figura 8), alimento fundamental para la supervivencia de los colonos.


Es posible percibir con claridad la comunión que hay entre las construcciones subrayadas con la descripción hecha por Serraglio:
Quando a parede era de pau-a-pique), utilizavam-se pilares de pedra e esteios roliços de madeira, e, mais freqüentemente, pilares de tijolos como estrutura. As vigas que sustentavam o telhado eram paus roliços na forma como eram retirados no mato e os caibros e ripas eram conseguidos com o lascamento contínuo da madeira com machado ou facão. (Serraglio, 2004, p.)
Los elementos de la cultura europea, como ventanas de madera y tejado de barro, se fueron añadiendo poco a poco, generando una construcción cabocla (Figura 10) hasta llegar a la casa hibrida con apariencia lusa pero con tabiques de tierra ('pau a pique') de las casas de las haciendas presentes en todo el territorio de Brasil (Figura 11).



Conclusión
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, cabe plantear la siguiente pregunta: ¿Cuál es la intensidad de esta presencia actualmente en la isla? Se hace evidente la importancia de la preservación de estos sitios históricos, como el Sertão do Peri, para que no desaparezcan las huellas del pasado que conformaron la identidad de sus actuales habitantes. Se ha intentado dar cuenta del proceso de aculturación de los colonos luso azorianos en contacto con la cultura aborigen en la isla de Santa Catarina al sur de Brasil, resaltando que esto influyó directamente en la evolución urbana del territorio y que no puede explicarse empleando modelos previos constituidos para el análisis de esta clase de contactos en otras latitudes.

Pie de Página
1'Paulista'es una expresión utilizada para nombrar al brasilero natural del Estado de 'São Paulo'.
2'Plata Peruana' se refiere a la disputa entre portugueses y españoles por la boca del Río de La Plata, ya que ambos juzgaban que esta podría ser una ruta de entrada a Potosí y consecuentemente, a las riquezas del Perú.
3'Gaúcho' es una expresión utilizada para nombrar al brasilero natural del Estado de 'Rio Grande do Sul'.
4"Nossa Senhora do Desterro" es el primero nombre dado al núcleo que más tarde se va a llamar Florianópolis. En este trabajo durante los Capítulos I a V, se empleará la denominación 'Desterro/ Florianópolis'. En los capítulos VI a VIII, que tratan sobre la actualidad del territorio investigado, se utilizará tan solo Florianópolis.
5Para más información al respecto, visite la página web: http://www.fortalezasmultimidia.ufsc.br/
6Meiembipe, ha sido traducido por el historiador Evaldo Pauli (1978, p.16) como: "montaña a lo largo del canal" (que es la visión que se tiene de la isla vista del continente).

Referencias
Assembléia Legislativa do Estado de Santa Catarina. (1979). Ilha de Santa Catarina: Relatório de Viajantes Extrangeiros nos Séculos XIII e XIX.Florianópolis, Brasil: Gráfica Canarinho.         [ Links ]
Cabral Rodrigues, O. (1970). Historia de Santa Catarina. Rio de Janeiro, Brasil: Laudes.         [ Links ]
__. (1972). Nossa Senhora do Desterro. Vol.1 e 2. Florianópolis, Brasil: Universidade Federal de Santa Catarina (UFSC).         [ Links ]
Campos, N. J. (1991). Terras Comunais na ilha de Santa Catarina. Florianópolis, Brasil: FCC.         [ Links ]
Claro, Anderson et al.: Arquitetura Indígena. (Monografía inédita) Universidade Federal de Santa Catarina (UFSC), Florianópolis.         [ Links ]
Morais, F & Serqueira, I. Nuñez, A. (1538) Pauli, E. (1978). A fundação de Florianópolis. Florianópolis, Brasil: Edeme.         [ Links ]
__. (1997a) Santa Catarina ao tempo das grandes descobertas marítimas. Recuperado de:http://www.cfh.ufsc.br/~simpozio/EncReg/EncSC/MegaHSC/SCcolonial/91sc0011.htm         [ Links ]
__. (1997b) Aportamentos Colonizadores. Enciclopédia Simpozio. Recuperado de: http://www.cfh.ufsc.br/~simpozio/EncReg/EncSC/MegaHSC/SCcolonial/91sc0069.htm        [ Links ]
Ribeiro, Darcy. (1999). O Povo Brasileiro. A Formação e o Sentido do Brasil. São Paulo, Brasil: Cia das Letras.         [ Links ]
Ribeiro, Orlando. (1994). Originalidade da Expansão Portuguesa. Lisboa, España: GP.         [ Links ]
Scarduelli, P. (1999, septiembre 12). Indios viviam na costa catarinense ha 910 anos. Diario Catarinense, Economia, p.2        [ Links ]
Staden, H. (1930) Viagem ao Brasil. Rio, Brasil: Academia Brasileira.         [ Links ]
Serraglio, J. (2004). Os Engenhos do Sertão do Peri na ilha de Santa Catarina. (Tesis inédita). Universidade Federal de Santa Catarina (UFSC), Florianópolis.         [ Links ]
* Cómo citar este artículo: Conceição, M.L. (2012). La arquitectura absorbida en la isla de Santa Catarina, Brasil En: Apuntes 25 (2): 200 - 209.






(Source: scielo.org.co)
votar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario