martes, 22 de diciembre de 2015

LOS COMPLEJOS DE SUPERIORIDAD E INFERIORIDAD Y ALGÚN ATREVIMIENTO

La superioridad: o es manifiesta por sí misma o no es superioridad


Una raza, si es superior, lo es en cualquier circunstancia: no necesita creérselo, ni manifestarlo. No existen razas superiores, sino individualidades excepcionales. Una raza que se cree superior es una raza acomplejada en el peor sentido. Lo es porque en todo caso “se cree” de tal forma, ni siquiera para él es algo evidente.

Que surjan más excepcionalidades dentro de un grupo humano respecto de otro tiene otra lectura. No entraremos en esos detalles.



El supremacismo racial alemán del nacionalsocialismo surge con los mismos aires de grandeza del cual surgió el supremacismo judío, si bien el primero con más nobleza y brío, evidente, orgulloso y sin esconderse.

Los judíos son “los elegidos”, o así se creen, lo mismo que los nacionalsocialistas alemanes y todo el pueblo alemán se creían la raza superior, los tocados por los dioses primordiales.

El judío es aquel hombre cuyo supremacismo viene legitimado y camuflado por un presunto victimismo. El judío ha hecho de la debilidad aparente una gran fuerza, del chantaje emocional una forma de manipulación y poderío y de su destreza comercial el origen de todo su poder; el judío surge así como el hombre más fuerte, el hombre que ha salido airoso de todos los enfrentamientos, ¡¡a veces sin pegar ni un solo tiro!!, haciendo que todos los demás se maten entre sí, engañándolos fácilmente.

Cuando se entienda esto podremos combatir al astuto y camaleónico elegido.


Los judíos “no son una raza” homogénea, sino una serie de elegidos que han ido heredando tal condición generación tras generación vía materna. Da igual si son negros o blancos o arábigos o…, a ellos les da igual la raza, sus mujeres siempre fueron muy liberales…; simplemente tienen la consciencia de provenir de alguien que fue señalado por Adonai.



Aquel que dice que las razas no existen y ataca a todo aquel que defiende su propia identidad denunciándolo como supremacista y racista, lo hace a conciencia o no de que su supremacismo viene dado por la Raza Humana, ese supremacismo racial humanista; y por su igualitarismo, tendencia ésta ajena a la tolerancia y al respeto entre las razas, contraria a toda la diversidad: el racismo –en su sentido moderno de odio racial– más perfecto.


El judaísmo es el abrahamismo primogénito. Posteriormente de él nacen el islamismo y el cristianismo. De alguna forma, el judaísmo, el hijo espiritual recién parido por Abraham, es aquello que debemos señalar como la peste espiritual que asola a la europeidad desde hace siglos y que hoy por hoy vemos que acabará aniquilándola. Europa necesita volver a su origen, sólo en ella encontrará la fuerza revitalizante para surgir de nuevo como el gran referente.


El pensamiento debe expresarse para darse a conocer, y debe hacerlo libremente, pero tal estado de cosas no garantiza el librepensamiento, ni siquiera el librepensamiento garantiza la libertad de expresión. El librepensamiento es una actitud, lo mismo que ser generoso. Una cosa es la expresión libre, otra la libertad de expresión y otra el librepensamiento. Yo entiendo el librepensamiento como una actitud personal, una conquista individual, con la que la persona ha perdido el miedo a enfrentarse a los pensamientos y a la vez es responsable de los mismos; que ha perdido el miedo tanto de pensamientos propios como ajenos, marcando el comienzo del dominio de las ideas sin que éstas se apoderen de uno mismo: que es lo que llamaríamos fanatismo.

Esta actitud se aleja del derecho a la libertad de expresión en cuanto que dicha actitud no depende del mismo. Si alguien depende de otros para ser libre, para hacer uso de su libertad, ya está asumiendo que no es libre, que su libertad es, por decirlo de alguna forma, como alquilada, temporal y completamente dependiente.

La libertad puede serte arrebatada físicamente, pero sobre las entrañas de tu mente debes ser tu quien mande. Ser el soberano.


Cuando discuto con un adolescente en un debate no puedo enfadarme con él por muy mal que me hable y por muy estúpido que me parezca: debo hacer culto a toda la paciencia que tuvieron en su momento conmigo, jajajaja…



El fanatismo es la antítesis del librepensamiento. El fanático es dominado por la idea, mientras que el librepensador domina la idea o lucha contra la tiranía de las ideas. Ambas son actitudes de la persona ante el pensamiento.


¿Es negación del holocausto decir que la raza judía es inexistente?





(Source: librepensamientorevolucionario.blogspot.com)
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